sábado, 23 de mayo de 2020


RETORNO VIRAL


Este volver delata una ausencia virtual que ha dado para muchas presencias. Al final, creo que escribo solo para mi y dejar este blog sin movimiento, tiene el significado de otras ocupaciones que han ido llenando los meses, desde que lo dejé en suspenso. Sin embargo, la vida ha seguido escribiendo en mi y yo interactuando con ella, a un ritmo y lugar elegidos. Todos vamos llenando páginas en el libro de la existencia, en mi caso, cual lienzo que a veces no tiene quien lo pinte pero no por ello dejan de perder sentido el pintor ni la pintura.

Me fui, me voy, pero siempre estoy presente. Vuelvo a dejarme ver, quizá por un lector inexistente, quién sabe a dónde van a parar tantas palabras en el agujero negro de la globalización de estos tiempos, en los que la vida ha vuelto a florecer a riesgo de perderla. Un virus ha venido para mirarnos de frente en el espejo de la cotidianidad y  para dejarnos entrever desnudos de certezas e impotentes ante el miedo. Es como un paréntesis histórico pero no desconectado de la historia, la misma que ha cambiado para siempre el destino de las cosas materiales y los embelecos del consumismo. La mortalidad nos ha convocado con ímpetu y nunca el mañana ha sido más dudoso. ¿Dónde quedó el vestido listo para la fiesta, las invitaciones aprobadas, el simple paseo por una calle repleta de gente y el compartir una copa de vino en la barra de un bar? Y tantas acciones que ahora no tienen nada de triviales precisamente porque no sabíamos qué era vivir sin ellas.  

Esta dizque pandemia, además de alterar la dinámica social, económica y política, con todos los impactos que implica decidir de forma inédita sobre el destino de los seres humanos, con los instrumentos más útiles y maleables como son el miedo y la incertidumbre, ha sacado las vergüenzas estructurales que el sistema que nos rige nunca podrá del todo evadir. Es como si la humanidad por fin coincidiera en un solo y único lugar pero sin saber por qué ni hasta cuándo. Ojalá hubiera sido para mirarnos por fin en la consciencia de un planeta que no aguanta más el desastre causado por el ser vivo más siniestro que lo habita, el mismo que no ha tenido pudor para dañarlo y ahora espera con ansia la respuesta que no puede darle. 

Nos queda el poder de cada uno de los cuerpos sobrevivientes, vestidos por fin todos con la máscara que nos equipara sin miramientos ni privilegios. La igualdad ha llegado y el maquillaje exterior se queda huérfano. Es posible que debamos volver a dentro de nosotros mismos, y  vivir de una manera simple ya no sea tan complejo. Quizá así, un virus no sea lo letal, sino la metáfora de los males interiores que quizá, si los tratamos con cuidado, serán los que podrán salvarnos y sanarnos. 

AUSENCIA DESCONFINADA

Ausencia es un poema truncado
El vuelo suspendido
La contención del alma
El espejo donde quienes no están te miran
La parálisis hacia un tiempo nuevo
Y una canción sin música
Cuando te nombro ausencia
El ser se desparrama
La nada es el lugar
Un espíritu sin ojos
Y manos que no llegan
Un corazón sin pulso
Los pasos detenidos
Mirando hacia atrás el horizonte
Acaso mueren y nacen los abrazos
Cómo es que un día llegan a ser tan esperados
y nombrar lo que existió
mientras el tiempo lo detuvo
sobrevivió porque no estaba
y vive porque casi muere.
Ah, la vida, tremendo es tu palpitar
Incesante aún en los silencios yermos
En los sentimientos huídos
Y en el vacío incierto
Penden de sí los humanos
Como la hoja seca del árbol que la brota
Por mucho que la tierra la vea deshacer
Mueres cuando no estás
O cuando vives mueres
Sin duda lo bello de la ausencia
Es la ausencia misma
Porque es de amor de lo que está hecha

Desvelo del lunes 11 de mayo de 2020 en primavera confinada

miércoles, 1 de agosto de 2018

LO PERSONAL ES POLÍTICO: FRUCTÍFERO ANIVERSARIO
Hace ocho años empezó este experimento de autonomía y resiliencia femenina y mirando hacia atrás hay una evolución, un camino personal enriquecedor, lleno de aprendizaje y diversidad. De alimentos variados fuimos pasando a lo vegetariano, más vegano, simple como es, hoy en día, una propuesta frugal para ofrecer en el Valle de Boí. Cada temporada hemos tenido una campaña o sugerencia que hoy complementa la del año pasado cuando pusimos las pajitas comestibles, ya biodegradables con la campaña de NO VIOLENCIA A LA NATURALEZA A TRAVÉS DE LA REDUCCIÓN DEL PLÁSTICO. Igualmente, perseveramos en la no venta de gaseosas ni colas o bebidas enlatadas y este año con la de las botellas plásticas y no venta de agua. Sabemos que es una contribución mínima y modesta porque no somos un establecimiento comercial masivo ni tradicional. Hacemos con amor lo que podemos a partir de convicciones, entre otras, basadas, en el ecofeminismo - pacifismo. La NO VIOLENCIA y la consciencia la venimos agregando a los diferentes aspectos del consumo: compra, venta y uso de materiales e ingredientes que afectan a los seres vivos. Es una apuesta para aminorar la desnaturalización y la desfragmentación de la vida desde un feminismo incluyente y amoroso que aporta a la transformación en lo cotidiano. Así, LO PERSONAL ES POLÍTICO. Carol Hanisch lo reivindicó en los años sesenta cuando indicó que “nada podía considerarse ajeno a las relaciones de poder”. El patriarcado estaba detrás y aún persiste, también en el sistema económico que, incluso, ha pervivido por el mantenimiento de la subordinación de las mujeres. Patrones íntimos, relaciones, emociones, normativas, etc., perfilan nuestro sentido de la vida como espacio donde lo privado y lo público han sido separados artificial e interesadamente. Pero aún la libertad responsable – epicúrea- como fundamento del carácter ético de la vida, nos motiva a cuestionar esos mandatos e individualmente elegir otras formas de vivir, cada vez con más practicantes, desde las ancestrales hasta las innovadoras; solo por citar una, me quedo con el sentido de humanidad del Ubuntu ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes? En la cultura Xhosa africana significa: “Yo soy porque nosotros somos.” ¡PERDÓN Y GRACIAS A LA VIDA” Namasté.


La imagen puede contener: personas sentadas, bebida e interior

domingo, 4 de junio de 2017

VIAJE A LO INIMAGINADO

EL AMAZONAS: NO VOLVERÁS IGUAL
Reflexión de una viajera en el camino de la consciencia

Como colombiana con raíces campesinas, residente urbana la mayor parte de mi vida y con aspiración de ser ciudadana del mundo, aparte de los tópicos que nos caracterizan en el exterior, como el café, los ciclistas, las esmeraldas y las malas noticias, Colombia es inagotable en paisajes por descubrir y despertar la capacidad de asombro.

Quizá el mayor reto como dueños de un entorno sin igual,  es valorar primero a nuestro país con su maravillosa diversidad. El viaje es la oportunidad de mirarnos en lo desconocido, de aceptar nuestra vulnerabilidad, desprovistos de prejuicios y estereotipos; dejar fluir los sentidos y disfrutar de la magia que habita en cualquier lugar.  Puede que con los viajes, te encuentres a ti mismo.
De todos los colores

Existen diferentes viajeros y formas de viajar. Según la OMT, todos son visitantes que pueden ser turistas o excursionistas, vengan del interior o exterior, pero a mí me gusta más la palabra viajero. Los colombianos en general vamos a los mismos lugares y eso es casi un “pecado mortal” teniendo en cuenta el amplio abanico de posibilidades de un país con dos océanos, tres montañas que rematan la gran Cordillera de los Andes, pisos térmicos desde el cálido hasta el páramo, valles, llanos, desiertos y hasta glaciares; el 50% de nuestro territorio hace parte de uno de los más bellos ecosistemas del mundo: la Región Amazónica. Colombia es para todo tipo de viajeros.

Sin frontera: Brasil y Colombia
Y El Amazonas colombiano también, con su capital Leticia, esa región que desde la escuela nos enseñan en el mapa, difícil de olvidar porque se ubica en el sur del sur, en esa geometría territorial donde  viaje y destino son sinónimos. Nunca será lo que te imaginas, nunca saldrás como llegaste. Y querrás volver. 
Frutas sin iguales


Como viajera busco descanso, desconexión, placer, naturalmente, como todos. Incluso busco el lujo. Sin embargo estas intenciones las miro no tanto desde las comodidades materiales, por supuesto necesarias pero no determinantes, sino desde una perspectiva interior. Mirar en silencio el río Amazonas en un atardecer o amanecer, recorrer su cauce viendo la naturaleza majestuosa es un placer para el alma; sentir el sol y el aire húmedo que te limpia por dentro y por fuera, caminar por calles aún de pueblo pero con ambiente de ciudad sin rejas en los almacenes y casas en Leticia es un lujo. Descubrir olores, sabores nuevos, frutas y árboles poco comunes, escuchar los sonidos de la tierra y sus seres vivos, un regalo para los sentidos. Hallar un lugar donde el descanso es la esencia y constatar que la vida es maravillosa siempre y sorprendente cuando viajas, es un valioso acierto. 

El Amazonas lo da todo. Lo material y lo espiritual. Verde, agua, calor, remedios naturales, almacenes urbanos; el mercado artesanal de peces exóticos y productos locales; sol, lluvia, el encanto de la selva tropical que te envuelve. ¡Victoria Regia!

Cada ruta te rebela el hechizo de un lugar habitado por comunidades indígenas que con sus saberes ancestrales, sus propias lenguas y cultura, son una de las mayores riquezas de nuestro territorio. Puede saltar un delfín rosado y hacerte partícipe del realismo maravilloso de la naturaleza. Amazonas es mestizaje, convivencia intercultural, fronteras abiertas de Brasil, Perú y Colombia que se abren como el mismo río para darte lo mejor o lo que te falta y comprender el significado del abrazo de la serpiente.
Gusano mojojoy para el desayuno
¡Qué atardecer!


Si te encuentras con una agencia local que cumple lo que promete, te orienta y acompaña y un hotel en el cual todo está conectado con el entorno, donde la modernidad está en armonía con las raíces, el trato que te dan es tan grato que no te quieres ir y donde logras el descanso merecido después de largas caminatas por la selva o travesía por el río, qué más se puede pedir.

Al final del viaje, mi sentimiento fue el de confirmar que la humanidad está hermanada a donde quiera que vas. Que si hemos perdido el rumbo es porque nos hemos olvidado del origen, de la naturaleza, de lo grande y sabia que es, de nuestra responsabilidad cotidiana cuando compramos, nos alimentamos y nos relacionamos. Pero también de cómo y a dónde viajamos.  Lo digo a consciencia, es decir, desde el corazón. Gracias inolvidable Amazonas. Volveré.

Agradecimientos: Agencia de Viajes Génesis Medellín
                               Hotel WAIRA - Leticia
                               Agencia de Viajes Amatur - Leticia



jueves, 4 de mayo de 2017

VOLVER...


El 2016 parecía largo, a veces difícil, sorpresivo, asombroso también, pero se fue. Hay teorías sobre los años, los meses, los días, los números, en fin; válidas o no, hay fechas trascendentes y otras insulsas, de todas, de todo, algo se aprende. Mi espíritu resiliente se queda con lo mejor, con ese aprendizaje que hay tras de toda experiencia. Los años no son buenos ni malos, puede que tengan sus rasgos astrológicos pero lo importante es lo que nos dejan. Mi gratitud por la vida solo me permite seguir hacia adelante de una ruta elegida a consciencia y que da sentido a mis días. Y en ella está el Tropic, proyecto en el cual sale un poco de mí cada año. Se va y vuelve como yo, se transforma, se adapta, se solaza y continúa aprendiendo. Hace siete veranos emprendí el riesgo de recrear un espacio donde con ires y venires, he sido yo, pero no sola. Y me decía si era necesario tener esta página que a veces se desconecta, como yo. Volver es confirmar que hay gente a quien te alegra ver aunque solo sea en fotos; volver es sentir que el aprendizaje es infinito. Volver es acordarse de la gente que ha pasado por la Vall de Boi, por Barruera mi segunda patria y se ha quedado para siempre con alguna anécdota o una bella emoción. Volver es parte de la vida. El gusto de este volver es una comunidad afectiva que me anima para continuar en el camino de mi consciencia. Un abrazo cálido

Medellín, a donde siempre vuelvo


Abrazo de mi naturaleza

viernes, 20 de enero de 2017

AUTOPROMESAS

Me gusta que pase la euforia ambiental de los últimos días del año viejo y de los primeros del nuevo, para pensar en las promesas. La palabra promesa según el D.R.A.E. es polisémica, así que elijo el significado más parecido a la actitud que la mayoría de las personas nos hacemos con frecuencia en la vida: "Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo". Para algunas es imperativo el sentido religioso, pero en mi caso, lo utilizo en el sentido más sencillo y menos dependiente de lo que otros o algo, puedan influir en mi acto. En el camino de la consciencia como mujer voy descubriendo que mientras más acotada sea una acción o expresión, más concreta y pacífica es su ejecución. Aquí van mis promesas o mi expresión de voluntad de darme o hacer algo por mí, naturalmente desprovistas de cualquier sentido jurídico que me someta contractual o legalmente a su cumplimiento. El significado de "augurio, indicio o señal que hace esperar algún bien" me gusta y por tanto lo adjunto.  Autopromesa de por sí impone lo más importante, que yo pueda o quiera promesar, según el diccionario, término que contiene algo de piadoso, necesario por mi parte pues implica compasión, benignidad y devoción. El orden es aleatorio. Todas las promesas son susceptibles de flexibilidad horaria, soledad o acompañamiento.

ME PROMETO:
PROMESA GENERAL Y BÁSICA: todas las acciones las haré con ilusión y la motivación del amor y la consciencia.
1. No repetir ni que me repitan, (salvo repeticiones estrictamente necesarias) lo que yo sé que me compete y sé que les compete a quienes conviven conmigo. 
2.  Ser resiliente.
3.  No compadecerme de mí por banalidades.
4.  No juzgarme ni juzgar a los demás. 
5. Hacer yoga en cada una de mis actividades. Si yoga es la práctica ascética que proporciona éxtasis, contemplación y estar quedo para conseguir mayor control físico y mental, aplicarlo en las actividades cotidianas. 
6.  Leer los libros empezados y tratar de no comprar sino compartir los queridos.
7.  No esperar ni querer controlar lo que no depende de mí.
8.  Comer lo más natural posible para alimentarme y sanarme.
9.  No dar ni recibir regalos que no sean de corazón.
10. Aprender palabras nuevas que me sirvan para mi vida.
11. No pedir amor, sino darlo sin pensar en si se me devuelve o no.
12. Hacer un favor a alguien, mínimo una vez al mes. 
13. No hacer proyectos, excepto a corto plazo.
14. Hacerme mi ritual de limpieza de mi cuerpo una vez a la semana.
15. No guardar cosas inútiles.
16. No comprar productos hechos por esclavos ni de maquilas; que sean locales y de proximidad lo máximo posible.
17. Comprar prioritariamente a las mujeres y pequeños negocios.
18. Comprar para reemplazar o por ser una cosa necesaria.
18. Hacer ejercicio físico trabajando cada una de las partes de mi cuerpo que requiera de mi intervención. 
19. Llamar y buscar a mis amigos y agradecer a las personas queridas, aunque ellos no me busquen.
20.  Vivir feliz el presente.

Amén.

jueves, 19 de enero de 2017


VIVIENDO MI VIDA, un libro, una consciencia. Mi vida en resumen como mujer colombiana en el exterior, haciendo memoria de lo que elijo.

Apuntes del 2016

La imagen puede contener: texto
DICIEMBRE
MIS MEJORES DESEOS

Para quienes les gusta la navidad y los que no. Para quienes la celebran y los que no. Para quienes están solos, acompañados o se tienen a sí mismos. Para quienes se van y los que se quedan. Para quienes compran y los que les da lo mismo no regalar ni que les regalen. Para quienes pasan estas fechas esperando algo mejor y los que han perdido la esperanza. Para quienes todo lo tienen y para quienes menos es más. Para las familias de uno o varios miembros. Para las mujeres que se están conquistando y descolonizando y para las que no. Para el mundo, un mañana sin injusticias. Para los que les gusta o no les gusta la magia. Para todas y todos, lean o no este mensaje, gracias por haber compartido un momento Tropic.

Un cálido abrazo desde el Valle de Boí

SEPTIEMBRE
TROPIC 2016: GRACIAS A LAS MUJERES

Otro verano cumplido, otras experiencias y recuerdos, aunque la vida a veces nos llame la atención de una u otra manera, siempre dejándonos lecciones. Gracias por estos siete ciclos y seis años de recorrido en el hermoso Valle de Boi, en Barruera. Fiestas mayores, Buff Epic Trail, visitantes de tantos lugares del mundo, otros más cercanos. Gracias a todos por darme la oportunidad de confirmar el sentido de un espacio como el Tropic, como yo misma, limitado y sencillo. Gracias a las personas que nos han apoyado por sorpresa o por certeza en este proyecto sentido y hecho con corazón de mujer y disculpas a quienes no pudimos atender debidamente. Gracias especiales a algunas mujeres -ellas siguen ahí conmigo -que me ayudaron con sus palabras y gestos en álgidos momentos que nos dejó este verano intenso, no solo por el calor y la mayor concurrencia de visitantes que recuerdo en estos años de experiencia, sino por echarme una mano en cuestiones personales que me demandaron serenidad y atención plena. Con razón este año el Tropic empezó a llamarse Tropic Woman. Ellas, las presentes, estuvieron todo el tiempo dando forma a mi homenaje personal y a mi convicción de tener poder sobre mí misma. Y muchas ausentes, con su amistad. Otras, con sus libros y sus historias, expuestas para visibilizarnos todas en igualdad, desde Mary Wollstonecraft y Virginia Woolf, Mary Shelley, pasando por Alice Munroe y las desobedientes de América Latina, con mi entrañable “tejedora de coronas”, ya raída de tanto prestarla. Desde Simone de Beauvoir y Anna Frank, Clarissa Pinkola y Jean Shinoda, llegando a mi entrañable heroína Emma Goldman que “viviendo su vida”, me ha ayudado a vivir la mía. Desde Teresa Forcades, Silvia Federici, Doris Lessing, hasta Mariana Font que me regaló su libro “La memoria es un sitio solitario”. Entre otras. Tantas mujeres que dan esperanza a una humanidad necesitada de la solidaridad entre nosotras mismas. Gracias a la vida, aunque parezca redundante. Gracias mujeres de mi vida.

JULIO
TROPIC O LA FILOSOFÍA DE LO PEQUEÑO
El pasado fin de semana tuvimos en Barruera el evento Epic Trail 2016, acontecimiento sin duda importante e inédito, desde mi punto de vista como habitante durante nueve años en el pueblo y en la zona. También un impacto para la hostelería y la restauración. Para el Tropic ha sido un punto de inflexión y de reflexión sobre el sentido que le damos a nuestro proyecto de alimentación natural desde hace seis años. Son inobjetables las ventajas de estas competencias y evidentes sus efectos en la economía local. Estoy agradecida por poder trabajar y recibir a visitantes de fuera de nuestro territorio, por sumar a este proceso de aprendizaje en una actividad en la que siempre me sentiré principiante. Me alegra ver a mucha gente que viene a conocer este territorio del Pirineo catalán y disfruta de la oferta de bienes y servicios del valle. Después del tsunami de gente que requirió excepcionales medidas para afrontar su atención, el Tropic, valorando la importancia del evento, confirma sin embargo que su filosofía y principios no son compatibles con el comercio masivo. Hemos notado que se pierde la relación cara a cara con la persona y con ello, salimos a un mercado de un producto rápido y uniforme, imposible de personalizar, de producir de la forma lenta y sentida como nos gusta manipular el alimento y tratar al comensal. Y hemos cometido errores. El alimento artesano siempre es imperfecto, desigual y temporal; sale a su tiempo, va desgranando sus cualidades desde que nace hasta que se procesa por el organismo. Requiere mimo e inspiración, cuidado y amor. La prisa hace perder la magia del alimento natural y su conexión con las personas que lo comparten. Y hay que pagarlo, un alimento como ser vivo, si no es bien tratado, no da su mejor resultado. Por esto, el Tropic seguirá apostando por la comida fresca, personalizada y hecha con amor, sea para uno o para varias personas. Y en eventos excepcionales como el Epic Trail, tratará de hacerlo lo mejor posible, sin abandonar nuestros principios. Siempre se aprende, es lo mínimo de vivir y poder contarlo.


JUNIO
LA PAZ EN COLOMBIA ABRE EL TROPIC ESTE VERANO
Ya casi abrimos de nuevo con una gran noticia: el gobierno colombiano y las FARC acuerdan cese indefinido del fuego.
Abrazo a los colombianos, a todos, incluso a quienes aún no aceptan el acuerdo, como punto de llegada y de salida hacia una paz definitiva. Abrazo a mis montañas, a mis ríos, a nuestros campesinos, soldados, a nuestras mujeres, a los ancianos; a los niños para que no repitan la historia que nos tocó vivir a la generación de la guerra. Abrazo a mi pueblo, mis cafetales y campos que ahora sentirán menos balas y más esperanza. Abrazo esta nueva historia que nos toca escribir a todos quienes queremos un país mejor; a los intelectuales; a los gobernantes y servidores públicos, a los ciudadanos todos. Abrazo a quienes se fueron y no volvieron y a quienes no están, por causa de la guerra. Lanzo un grito de algarabía a mi país desde la distancia, una voz que quiere participar en una nueva narrativa de reconciliación desde cada uno de nuestros espacios cotidianos.No hay vuelta atrás.

Ah, y abrazo a esta Vall de Boi, a todos sus habitantes y pasajeros, celebrando con mi corazón desde lejos.


Abril
LÍOS DE GÉNERO
El otro día vino mi amiga María y le presenté a Darwin Emperador, mi tortuguín. Me dijo que no era un macho sino una hembra, concretamente porque estas tienen la parte de debajo plana, a diferencia del otro que tiene una hendidura que les permite copular acoplándose a ella. Resulta que todo cambió y no ha sido fácil ahora llamarla en femenino (lo digo por el cambio de vocal). Se llamaría Darwina Emperadora o Emperatriz. El cambio me representa una dificultad, me cuesta llamarla automáticamente por este nuevo nombre, pero el caso es que me pregunto ¿si esto es así con una persona animal, qué tal con una persona humana? Y no sólo involucra la cuestión de género. También pienso en tantos prejuicios e ignorancias que tenemos. Cómo deconstruirlos, cómo descategorizar el lenguaje, las denominaciones que hacemos a los demás, a nosotros mismos. La verdad es que a nivel neuronal me toca cambiar el chip, crear una nueva conexión y abrir la mente para comprender la vida con mayor consciencia. Se reciben agradecidas recomendaciones.

MARZO
TROPIC TAMBIÉN ES COLOMBIA
Esta página promueve, entre otros temas, la visibilidad de un país, un lugar del que me fui pero nunca he abandonado. El año pasado me otorgaron la nacionalidad española; es decir, además del corazón partido, tengo el permiso oficial en dos pasaportes para seguir conociéndolos, viviéndolos, queriéndolos y echarlos de menos, como a Catalunya, mi casa desde hace nueve años. En sus montañas, un hermoso pueblo llamado Barruera, inventé un trópico que funciona en verano, desde el cual me interesa proyectar buenas señales sobre Colombia, que este año espera ganarle a la guerra y así dejar ver más su belleza. ¡Quedan invitados
http://www.rcnradio.com/internacional/pais-espana-destaca-los-21-pueblos-mas-bonitos-colombia/

domingo, 20 de diciembre de 2015

¡OH NAVIDADES!

.... Y CADUCIDADES

Hay un momento para todo en la vida.  Nuestro organismo, nuestra existencia, están determinados para nacer, reproducir y morir, para prestar algunas funciones, unas, óptimas cuando nacemos y se desarrollan con los años, otras, al contrario, se van perdiendo o se van afianzando.  Al final, esa es la vida, acabar algunos asuntos, otros siempre quedarán inacabados o quizá nunca ensayados, y muchos caducarán. Nuestra propia biografía está en permanente cambio, nuestro carácter por mucho que la psicología y otras disciplinas lo hayan categorizado, al ser únicos como humanos, irrepetibles e incopiables, aunque existan los tópicos y los típicos, constantemente están influenciados.  A pesar de la singularidad, todos pasamos por etapas similares, si bien las condiciones y el contexto varían, en general todos supimos cuando llegó la adolescencia, la juventud y esperamos tener vejez.  

Y en ese constante devenir, me pregunto si en esta sociedad de consumo, en esta orgía capitalista que todo lo toca para convertirlo en objeto de deseo, y de hecho parece que lo está logrando, interesa hacernos creer que todo se puede revertir o paralizar, aplazar, enmascarar, que nada está por fuera de la rapiña materialista.  Me da risa a carcajadas, cuando veo la publicidad que promete dejar la piel sin arrugas en diez días, la celulitis arrasada antes de ponerte el bañador de la temporada, la calvicie antes del trasplante, los kilos de más con la última dieta que nunca es la última, desafiar la gravedad de la experiencia femenina con los "push up"; en fin, ser exitoso y feliz por comprar y comprar; no terminaría de exponer el novedoso dechado de virtudes que dispara los vacíos de la gente, que tenemos derecho a sentirlos, por supuesto, no tiene porque ser antinatural querer lucir bien o sentirnos frágiles. (Esperemos que no inventen una enfermedad mental o síndrome específico al respecto en el Manual "americano" que se cura comprando cosas.)  


Se dicta que tenemos que ser siempre jóvenes, posar de rozagantes, delgadas y musculosos, que nuestro pelo debe brillar y nuestra ropa ser de última moda, que la belleza está por fuera y apenas son dos tallas; que sí, cómo no va a ser mejor estar bien que no estarlo.  Pero ¿no estamos yendo demasiado lejos? Estamos permitiendo como consumidores, y a veces no somos conscientes de ello, al igual que con los políticos, la mercantilización de nuestras emociones y derechos, la privación de vivir tranquilamente cada parte de la vida con "normalidad". Hay niños que ya se sienten adultos, niñas que actúan como mayores, o son "sexualizadas", o mayores que no quieren envejecer. Punto aparte merecería la explotación de la condición femenina en la publicidad y el mercadeo con su exacerbada oferta.  No se viven algunos momentos porque la tecnología o el mercado los aplazan, o se fuerzan otros por lo mismo o porque no queda bien estar desactualizado.  En ocasiones nos dejamos "comprar" por poco o nada. Y hasta nos dejamos poner la fecha de caducidad como seres humanos, de consumo preferente, de producto perecedero o de tirar.  Somos lo que hacemos, lo que dejamos que hagan con nosotros.

Naturalmente existe el desgaste, el agotamiento de algunas prestaciones y funciones; hay muchos asuntos susceptibles de cambio, de transformación, en las cosas y en las personas, y no por inutilidad. Incluso, casi todo se puede reciclar. La vida, las relaciones, la manera de pensar. Todo caduca o se transforma, desde la exhuberancia de la flor, los días nublados, las noches largas, hasta la ropa de lunares, los pantalones pitillo, los escotes en V, el dolor, los bañadores de dos piezas, los eclipses, el aroma de un jardín, los televisores sin dimensión, los teléfonos inteligentes, la comida basura....  La cuestión está en que aunque subjetivamente pensemos que todavía hay tiempo, o no lo hay, algunas experiencias dejan de tener sustancia, se pierde la magia o esta se nos va de las manos o del corazón -ahora no sé si la magia está en el corazón o en el cerebro-. Ah, y ni nos dejan intuir porque todo está previamente planeado. Y por eso están los plazos, las fechas de consumo, lo "in" y lo "out", las caducidades.

Hay que diferenciar las caducidades y no dejarnos confundir. En el caso de lo artificial, por ejemplo la tecnología, interesa que esta sea imposible de ser nueva.  Los objetos tienen que caducar lo más rápido posible para así caducar nosotros con ellos y de ahí participar eficazmente del círculo vicioso que todo lo provee y soluciona. Otro asunto muy diferente son las caducidades necesarias y naturales por el hecho de existir, las  que nos alertan, nos preparan, nos anuncian cambios, para las cuales debemos tener conciencia plena y vivirlas lo mejor posible. La ciencia y la tecnología nos ayudan a entenderlas y llevarlas mejor; no hay duda de que vivimos más porque ha mejorado precisamente el conocimiento y los instrumentos para afrontarlas, por ejemplo, comprendemos más las enfermedades y sus tratamientos, tenemos algunas comodidades que nos ayudan a tener una cotidianidad más sencilla, más servicios y bienestar, tenemos más derechos pero cada vez necesitamos más cosas.

Las caducidades creadas y manipuladas por el mercado marcan artificialmente el comienzo o el fin de algo, están por ahí atormentándonos y las aprobamos. Parece que los aparatos son dizque los inteligentes y las personas nos estamos dejando convertir en máquinas, en seres ignorantes y manipulables. Estas fechas, llamadas navidad, han pasado también, tiempo ah, a manos del mercado. Expuestos constantemente, ávidos de novedad, llenos de listas de cosas y "regalos" innecesarios, nos dejamos seducir sin cuestionar, nos dejamos llevar del "espíritu ese", mercantil, antinatural.  Me replanteo esta dinámica.

Quiero mi navidad de la infancia, mi magia del campo sin artificios, mi nieve de algodón y mi libertad para no necesitar tantas cosas. No me quiero dejar comprar ni caducar. La vida a fin de cuentas es el objeto más preciado y habríamos de vivirla con ligereza. 

Y a quienes envío este pensar, os deseo en esta fechas consumo cuidado, el regalo de estimarnos y querernos y que nos quieran, una lista de deseos hechos por vosotros mismos o por manos amorosas y libres; os deseo menos para que haya más espacio para vivir mejor. Que quieran poco y lo poco que quieran los haga muy felices. No tiene precio. No tiene caducidad. Y de remate, os envío un abrazo y esta canasta de escaramujos. ¡FELIZ NAVIDAD, FELIZ 2016!